Negrita cursiva

24 setiembre 2006

Con la punta de los dedos

Rosalía sirvió con una mano en el asa de la tetera y la otra como sosteniendo la tapa. Una costumbre que tenía de antes, por la que tuvo más años con ella, que le regalaron cuando se casó a los diecinueve y que usó hasta el año pasado, cuando la tiró contra el vidrio de la cocina, cuando tuvo la confirmación de que el marido la engañaba. No se hizo nada la tetera, pero igual no la quiso más. No se olvida de la cara del perro que la miraba a ella sentada en el piso entre los vidrios rotos. Mirá si no pudo haberle quedado otro recuerdo, en vez de ese. Pero uno no elige las imágenes que el cerebro decide "guardar como" en mis documentos. Pudo haber sido la cara del hijo, pero hacía tiempo que no vivía en casa. Pudo haber sido su cara en el espejo, o la cara del sorete ese al quedar en evidencia.
Esta tetera tiene la tapa enganchada al cuerpo y jamás va a caerse, pero Rosalía la sostiene con la punta de los dedos, mientras espera que suene el teléfono.

negritacursiva

negritacursiva es una bitácora de gente que no tiene nada en común, pero son muy buenos disimulando.

contacto

ncursiva@gmail.com

bitacoreros

archivo

negritacursiva| 2006